
Poema de Reyes
para mi amigo Aldo Novelli
Todavía pongo mis zapatos, agua y pasto fresco,
y en la espera
no me siento ridícula. No hay
ningún regalo material
por la mañana. Pero los Reyes son magos
y posmodernos:
me dejan un poema como prueba
de que existen, de que llegan
de una manera otra y misteriosa
a través de un e-mail
que yo agradezco
al amigo que amo y me conoce
como a la palma de su mano abierta.